martes, 22 de noviembre de 2011

Crónicas de una computadora ( II ) Relato por entregas

¡Anda, mi madre!, ¿pues no me quiere meter en una "red"? Eso al menos está diciendo: que me va a meter en Internet. Pero no le dejan. Me pincha aquí y allá y ¡nada, que no puede! No me dejan entrar. El "manazas humano" se ha hartado de tocarme, y yo más aún de que me esté fastidiando, así que se ha ido y espero que ya me deje en paz.

Hoy ya es otro día. Todavía no he hablado con mis "compañeros de habitación". Pero el "humano" ya ha logrado meterme en esa red de redes en la que me estoy volviendo loco porque parece una autopista con miles de ramales, y tan pronto me manda que tire por uno, como al rato me desvía por otro. Si me fastidia mucho me paro y no me vuelve a hacer andar. Por lo que me van diciendo y mandando, parece que mi dueña es una chica que no ve ni oye, porque "me palpa constantemente y por todas partes" y además, ella jamás mira mi pantalla, ¡con lo bonita y brillante que es! El "humano" le ha puesto a mi lado otro aparato y me ha unido a él por medio de un cable, y a ése sí que lo palpa y repalpa mi dueña; no sé qué tiene de guapo el tal "chisme", pero a mí me resulta de lo más antipático, porque parece que "le chiva a mi dueña" todo lo que yo digo y hago.

Nuevo día. Hoy he averiguado dos cosas: 1: la habitación donde estamos pertenece a un piso tutelado, donde mi ama vive con otros compañeros, y al parecer están "aprendiendo a darnos órdenes" (los humanos están locos, porque yo me pregunto:

¿quién da las órdenes, nosotros o ellos? Si son ellos los que las dictan y nosotros quienes las ejecutamos, ¿porqué nos llaman "ordenadores"?), y tocan
todos nuestros "huesos" y "músculos" (teclas y botones) como si fueran fisioterapeutas.

2: También hoy he entendido cuáles son las funciones del "chivato": resulta que mi propietaria es, efectivamente, más ciega que un gato de barro, y además oye fatal. "El chivato", por tanto, le "sopla" a ella todo lo que sale en mi pantalla, es decir: todo lo que yo digo y hago, ella lo va leyendo con sus dedos en la línea del "chivato" (Braille-Lite). Eso es posible gracias al programa Jaws, que me hizo "tragar" a mí el "humano" (Instructor Tiflotecnológico de la ONCE para personas sordociegas). Ese programita también hace posible que yo hable como un loro, pero como mi ama no oye, decidieron "encasquetarme" al "chivato", porque tiene una línea braille llena de puntitos; ¡es más feo el trasto éste!, parece que tiene la varicela, todo lleno de puntos y agujeritos.


Estamos a mediados de julio y hoy me he llevado el mayor chasco de mi corta vida. Yo creía que podría hablar con los otros "compañeros de habitación". Y, efectivamente, hablamos, pero decimos lo que los humanos quieren que digamos, es decir, que ellos nos "dictan" lo que tenemos que decir, y por tanto son ellos los que se lo pasan tan lindamente a costa de nosotros. Mi ama me dicta una y mil frases, que yo paso a mi "compañero de habitación" para que él se las transmita al amigo, a la amiga o al profesor de mi ama, según quién esté en ese momento manejando a mi "compi" de al lado; ¿y esto es vida? ¿y para eso me han traído aquí, para trabajar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario