jueves, 5 de enero de 2012

VIVENCIAS EN UN BUS . NOVELA CORTA ( XXXVI)

Lo cierto es que, como aquí todo el mundo es tan solidario, viendo el panorama, un buen día, Don Tomás Zaragozá le propuso a Jaime ser su Agente de negocios para procurarle clientela para su editorial. Jaime no dudó ni un momento en aceptar el trabajo, de modo que muchas veces, para ir a él, había de viajar en el bus, coincidiendo con Victoria que, cual si fuera una tía del niño, lo llevaba todos los días a la escuela y lo volvía a recoger por la tarde.

  Silvia crecía como la espuma, tenía un rostro cada vez más tostado, una sonrisa siempre a flor de labios, se iba a los brazos de todo el mundo y para gloria de Toni, no paraba de decir: papá, papá. Irma a veces no podía evitar un cierto... disgustillo, pues a pesar de los cientos de miles de veces que le repetía a la niña la palabra “mamá” no lograba que Silvia la dijera. Era el juguete de todo el bus, cosa que a Solecito tampoco le hacía maldita la gracia, pues ya no era el centro de atención y las miradas de los viajeros.

  Ya estamos en Agosto. Verano fresquito en esta ciudad levantina, donde la temperatura suele oscilar entre 25 y 30 grados.

  ¿Y qué les cuento de Cristina y Xebi?
¡Pues que hace una semana que son de nuevo papás: ha nacido un angelito, al que pondrán por nombre Óscar (Yáñez). Es igualito que su padre, lo que sin duda fastidia un tanto a la mamá, que pensaba que el molde le había tocado llevarlo a ella durante nueve meses en su vientre, y ahora para chincharla, el niño era una réplica al padre, ¡toma castaña, para que luego digan...!

  Sol, en contra de lo que todos creíamos, quería al peque con verdadera locura, hasta el extremo de que en cuanto él gemía un poquito, aunque fuera soñando, ya estaba ella en la cuna dándole todo tipo de objetos, sin entender que el niño no podía agarrarlos.

  Nos lo presentaron oficialmente ayer, cuando la mamá salió de la clínica La Fe, donde, al igual que Irma, había sido ingresada para darnos este muñeco que pesó nada menos que cuatro kilos y medio. ¡Menudo señor había traído la argentina al mundo!

  Hoy estoy algo confusa; un sinfín de emociones me embargan y no sé a cuál atender primero.

  Por un lado, en esta nueva jornada en la que vamos a visitar de nuevo el Saler, Silvia ya gatea por el suelo, y agarra lo  primero que encuentra en su camino, y  esta mañana ya se han llevado los papás el susto del siglo, pues apunto ha estado de clavarle e Óscar en un ojo una cañita de chupachú que ha encontrado en el suelo del bus. El pobre niño ha empezado a llorar, y Toni se ha puesto de aquella manera con los viajeros por dejar tiradas las cosas en el suelo del coche. ¡Menos mal que no me ha cogido la bronca, porque yo he subido dos paradas más arriba que ellos!

Lo cierto es que he visto a Óscar más pálido que la misma muerte y me he llevado el sobresalto correspondiente.

  Por otro lado, acaban de anunciarme que, puesto que ando buscando un trabajo estable y remunerado, se me ha presentado una oportunidad como cronista en un diario de la comunidad de Castilla-La Mancha, con lo que si me interesa, en Octubre empezaría a trabajar. Me encanta la idea pero a la vez siento una pena enorme porque eso supondrá tener que dejar el bus donde tantas experiencias malas y buenas he vivido, dejarlos a ustedes, queridos lectores, con quienes tanto he disfrutado compartiendo mis vivencias, y dejar a los personajes de éstas, a quienes les he ido cogiendo un verdadero cariño. Pero la vida es corta y hay que aprovecharla al máximo, de modo que...
Bueno, ahora vamos a la Basílica de la Virgen de los Desamparados, donde van a bautizar a Óscar y a Silvia juntos, por expreso deseo de los papás, que no saben estar unos sin otros y así parece que quieren que sea para el futuro de sus hijos.

   Los Padrinos son: De Silvia, su tía Auxy y su futuro tío Rubén. De Óscar, don Blas y Rosa Mari Busto, que como saben, fue quien dio asilo a Cristina en valencia en sus tiempos más difíciles y para ella es una verdadera madraza. Rosa Mari ha prometido “criar a Óscar a su santo gusto”  y a cristina le empieza a temblar el cuerpo y pide a gritos que sea algo más tranquilo que Solecito, que, dicho con justicia, cada día es más linda y ya parece que quiere ser más buena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario