domingo, 26 de febrero de 2012

Accesibilidad de los sordociegos a las tecnologías de la información. (II)


El acceso de los sordociegos a la información y tecnologías depende del grado de visión o de audición que conservemos, o también de si carecemos de ambos sentidos. Dependiendo de las características de cada grupo de sordociegos, los restos sensoriales serán determinantes. Por ejemplo, en sordociegos congénitos el acceso a la información es muy limitado. No hay un código de comunicación que se adquiera de manera natural, como el lenguaje oral en los nacidos ciegos, o el lenguaje de signos en los nacidos sordos.
Al estar ambos canales sensoriales afectados para recibir información y para que el cerebro la procese con claridad desde los primeros momentos de la vida, todo el grueso de la educación y la instrucción va dirigido a la adquisición de un sistema de comunicación eficaz que les permita entender el mundo que les rodea y comunicarse con los demás. Las ayudas técnicas utilizables en estas etapas serán las dirigidas a apoyar el desarrollo de los restos sensoriales que puedan facilitar el aprendizaje de ese sistema de comunicación.
Podemos potenciar este aprendizaje y reforzar la adquisición de conceptos a través del uso del ordenador, con la utilización de programas educativos que cumplan estos fines con las adaptaciones pertinentes, fundamentalmente, además, dirigidos a reforzar el aprendizaje a través de los restos auditivos, visuales o ambos que el niño pudiera tener.
Los adultos, podrán  ser usuarios de ayudas técnicas más especializadas si se ha conseguido superar esa fase, si tuvo una intervención temprana y adecuada, y si se le ha dotado de un código de comunicación que le permita interpretar la información. Las Personas sordociegas con deficiencia auditiva congénita y pérdida de visión adquirida durante el transcurso de la vida   
Dependiendo del nivel de adquisición o conocimiento de las estructuras gramaticales de la lengua oral tendrán mayor o menor dificultad para comprender mensajes escritos. Es conveniente en algunos casos, una instrucción específica en el área del lenguaje y de vocabulario contextual que garantice en mayor medida la comprensión de los mensajes y posibilite el enriquecimiento que la información les pueda dará través de la tecnología.
Quienes nacieron  sordos o que perdieron el oído a una edad tan temprana que no les permitió adquirir  el lenguaje oral de una forma natural, se comunican en la lengua de signos, teniendo, por tanto, dificultades, en mayor o menor medida, de comprensión de las estructuras gramaticales de la lengua oral a través de la lectoescritura. No pueden acceder a la información por el canal auditivo. La falta total de audición o la existencia de restos auditivos aprovechables es mayoritaria en este grupo, compuesto fundamentalmente por afectados por el síndrome de Usher, siendo mayoritario además el grupo de los que nacen sordos y van perdiendo posterior y progresivamente la vista por retinosis pigmentaria (Tipo I; v. capítulo 3).
Podrán, pues, acceder a la información salvando estas dos barreras: la del lenguaje y la de los problemas visuales, utilizando, por tanto, dispositivos de ayuda que faciliten la accesibilidad a través de adaptaciones que permitan salvar alguna de estas dos barreras

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