lunes, 13 de febrero de 2012

DÍAS NEGROS


Todos tenemos días alegres y tristes, días negros y de colores más alegres. Hoy es uno de esos días que para mí son negros.

Os cuento que nada más levantarme ya me han dado una mala noticia: que nos quedamos sin médico rural por la crisis, nos quitan el médico del pueblo, con lo que no tendremos más opción que: o ir a Cuenca cada vez que necesitemos recetas, y eso veremos hasta cuándo puede hacerlo mi padre porque ya va siendo mayor para llevar el coche y ellos necesitan recetas y hacerle el sintrón al menos cada 15 días. O bien, irnos a vivir a la capital con lo que ello supone, dejar aquí todo y cambiar radicalmente.

La casa tutelada de mayores que hay aquí también la quitan, de modo que... a mí me da igual porque ahí no me cogerían pero mis padres ya tampoco tienen plan ahí si un día necesitan acogerse a alguna residencia.
 
Hace poco hablaba yo en este blog de cómo se quedan estos pueblos en invierno: vacíos, solos, tristes. Y sugería, aunque en vano, ya lo sé, ideas para poder arreglar la situación.

Pero esta cruda realidad de la crisis por la que estamos pasando, indica bien a las claras que los pueblos -y más los pequeños como éste- en lugar de repoblarse acabarán siendo un triste desierto, mientras las capitales tendrán que soportar una masiva llegada de gente mayor o sin recursos para seguir en sus hogares del pueblo.
 
Tiempos de dureza se avecinan, mis queridos lectores. Pero lo único que podemos hacer, al menos de momento, es resignarnos y ver desde la ventana cómo transcurren los días. Eso, mientras nos dejen continuar asomados a la ventana del mundo.

María Jesús Cañamares.

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