jueves, 1 de marzo de 2012

ACCESO A LA INFORMACIÓN IMPRESA. (I)


Para acceder a la información impresa podemos usar todo el material óptico disponible, como pueden ser las lupas televisión en todas sus formas y modelos, desde sofisticados aparatos ergonómicamente diseñados para este fin, hasta pequeñas cámaras que se pueden acoplar a un bolígrafo para rastrear el texto y enviar la señal ampliada a la pantalla de un televisor convencional (Bolilupa)).
Se pueden escanear documentos y luego leerlos a través de la pantalla del ordenador con la ayuda de los programas de magnificación antes descritos (si se dispone de un monitor de grandes dimensiones, o incluso gracias a las opciones de accesibilidad visual que nos permite el propio sistema operativo) es otra posibilidad para el acceso a la información escrita para sordociegos con serios problemas visuales. En algún caso, además, los programas de reconocimiento óptico de caracteres (OCR) pueden acercar al usuario el texto de forma ordenada, tras su procesamiento, incluso a través de su propia opción de magnificación, como es el caso del OCR Tifloscan (ONCE).
 Acceso al ordenador. Para trabajar en Windows y hacer accesible este entorno gráfico a personas ciegas se requiere un software de revisión de pantalla o «lector de pantalla». El más utilizado en todo el mundo, es Jaws for Windows (Freedom Scientific). Estos programas «leen» y acercan la información que está en la pantalla al usuario que no la ve mediante el seguimiento permanente del elemento resaltado o focalizado en cada momento por el sistema operativo. Lo hacen a través del sonido (síntesis de voz), el braille o ambos, es decir, a través de los canales accesibles y alternativos al visual: oído y tacto. Garantizan, en general, una buena accesibilidad a los programas y aplicaciones más habituales del entorno Windows y, fundamentalmente, los desarrollados por Microsoft. Al transmitir al usuario información relativa al elemento focalizado, no solo conocerá la información textual con la que se esté trabajando (leyendo o editando), sino además toda información contextual permanente sobre el elemento o situación del entorno gráfico en el que se encuentra en un momento dado (cuadros de diálogo, listas, cuadros de edición, opciones, formularios….), permitiendo, en lo posible, el acceso a una interfaz interactiva como Windows, hecha para interactuar visualmente con la información de la pantalla. 

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