jueves, 17 de mayo de 2012

Técnicas de guía vidente para sordociegos (1)


Aquí el lector conocerá los distintos grados de autonomía personal que un sordociego puede lograr y las áreas principales que los técnicos enseñan en los programas de rehabilitación. Me centraré en las técnicas de guía vidente, para proporcionar a los acompañantes de las personas sordociegas el modo más seguro de transmitir en los desplazamientos la información del entorno. La comunicación con los sordociegos durante los desplazamientos como guía vidente altera tanto la adaptación de los sistemas que normalmente se hace, como las técnicas de guía de una persona ciega; por ello, dedicamos una parte del capítulo a las modificaciones que se deberán realizar en ambos casos y a las normas que se deben cumplir en situaciones de riesgo.

Los programas de rehabilitación. Cuando las personas que oyen y ven piensan en los sordociegos e intentan imaginarse cómo se pueden desplazar, piensan que es imposible que lo hagan de manera independiente. La disminución o falta completa de la visión y la audición, que son los dos sentidos que permiten a la persona conocer a distancia próxima y lejana lo que ocurre en el entorno en el que se encuentran, sumado a la idea de no poder pedir ayuda en una comunicación de doble vía, hace pensar a algunos de los afectados, familiares y público en general, que caminar solos es un peligro para sus vidas.

La realidad es que, teniendo en cuenta la heterogeneidad de la población sordociega, no se puede afirmar de manera general que las personas sordociegas no pueden caminar solas. Hay algunas que padecen una pérdida auditiva y visual en mayor o menor grado que se desplazan de forma independiente a distintos lugares, incluyendo aquellos a los que llegan en transporte público. Otras personas lo hacen únicamente en recorridos conocidos y habituales, o en condiciones de iluminación óptimas para su deficiencia visual, y para otros itinerarios prefieren ir acompañados de una persona que ve. Por último, hay sordociegos que no salen a la calle si no van acompañados. 

Esta variación en el nivel de independencia en los desplazamientos de cada persona se debe a distintos factores, como: el grado de pérdida sensorial; si las deficiencias son congénitas o adquiridas y si su aparición se produce de forma progresiva o repentina; el grado de motivación y el de su necesidad para caminar; si ha recibido o no un entrenamiento en rehabilitación, y el grado de habilidad que posea para comunicarse en la calle con personas que utilizan un sistema distinto al suyo. La sociedad actual concibe al individuo como un ser que debe desarrollarse en sus distintos ámbitos y valerse por sí mismo.

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