miércoles, 4 de julio de 2012

El papel del braille para mejorar la participación de las personas deficientes visuales en la vida política, económica, cultural, social y familiar”(1).

Hola, me llamo Braille, ¿cuál es tu nombre?  Te cuento: mi padre se llamaba Luis Braille, era francés, y al quedar ciego, no tuvo más remedio que crearme a mí. Él me dio  vida, yo cambié la suya. Lamentablemente,  murió hace muchos años; pero yo soy inmortal. NO, no te rías: yo no moriré nunca, porque no soy un ser humano, soy un sistema, un código, y tú me necesitas para multitud de cosas.
  ¿Cómo? ¿NO me crees? Pues te aseguro que yo podría transformar tu vida radicalmente, mejoraría tu situación social, política, cultural.... Si me permites, seré tu mejor amigo...
 ¿Quién  dice  que un sordociego no puede hacer nada porque no ve ni oye? ¿es que no tienes manos con el sentido del tacto? ¡Pues ahí está el  mundo: en tus manos, en tus dedos! Conmigo lo vas a descubrir.

Tócame, estoy aquí, plasmado en este pequeño papel. Sí, ya sé que pincho, soy extraño al tacto, pero con paciencia, ilusión y  sólo seis puntitos, formamos un gran alfabeto, lo aprendes y te aseguro que nada tendrás que envidiar a una persona con vista y oído. ¡vamos, empecemos ya! Te han hablado de este colegio de la ONCE. Para que vengas a conocerme y ya tienes aquí, en esta mesa, el material que necesitas. Coge una pauta, papel grueso y un punzón, atiende las explicaciones de tu maestro, y pincha en los cuadritos de la regleta: a la derecha, el 1, 2, 3; a la izquierda: 4, 5, 6. ¡Ya está! O mejor aún: coge una máquina Perkins y teclea lo contrario a la pauta, porque para leer no hay que dar la vuelta al papel, de modo que lo que en la pauta queda a la derecha, en la Perkins está a la izquierda. ¡NO te enfades, relájate; verás como incluso a veces te resultaré hasta divertido. Sé que te es muy difícil acostumbrarte a tocar, el tacto todavía no lo has desarrollado bien, y te cuesta distinguir la forma de las letras y diferenciar las líneas que no están separadas entre sí! ¡Paciencia y tesón; tienes un maestro estupendo! ¿No ves cómo escriben y leen tus compañeros?

 ¡Muy bien, ya sabes escribir y leer!  eres un parbulito leyéndome en tu cartilla escolar... pero cada vez lo haces mejor y con más soltura, a mayor velocidad.

Ahora, ¿qué me dices? Vamos a empezar a estudiar, sí, a aprender a ser una  persona de provecho. Yo formo libros, cartas, etiquetas. Conmigo estudiarás una carrera, la que tú quieras. Conocerás a personas con tu misma problemática. NO podrás equivocarte al comprar un medicamento o buscarlo en tu botiquín para tomarlo; no te darán un producto por otro cuando compres en el súper. Podrás saber la hora exacta en tu reloj y no tener que preguntarla constantemente, pues yo estaré en su esfera sin moverme. Te será facilísimo encontrar el botón del ascensor para dirigirte a una determinada planta.. Incluso puedes llegar a ostentar un alto cargo en una administración. Cuando cumplas la mayoría de edad, podrás ejercer tú mismo el derecho al voto secreto en los distintos Comicios, porque yo estaré presente en esas papeletas que meterás en la urna sin que nadie tenga que saber tu ideología política.... ¡Vamos, te espera un mundo lleno de sorpresas que yo te ayudaré a descubrir!

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