domingo, 5 de agosto de 2012

Técnicas de guía vidente para sordociegos (14)

Subida y bajada de escaleras
Las escaleras que se encuentran pueden tener barandilla, carecer de ella pero estar limitada por una pared o carecer de cualquier forma de sujeción o apoyo posible (situadas en mitad de la calle, de una plaza o parque).

Al igual que cuando se camina por una acera, en las escaleras se debe procurar seguir la marcha por el lado derecho del espacio, con el fin de no chocarse con la gente que se desplaza en sentido contrario.

En el caso de escaleras con paredes laterales o con barandilla a ambos lados, es preferible que la persona sordociega se sitúe manteniendo el lado derecho de la marcha. Por lo tanto, se debe agarrar por el brazo derecho del guía. Si viniera sujeto por la izquierda, se cambiarían de lado.

Según se acercan, el guía disminuye el ritmo de la marcha (al faltar cuatro o cinco pasos para llegar), hace una pausa pequeña delante de las escaleras y coloca su mano debajo de la mano de la persona sordociega, para dirigirla a la barandilla. Una vez que tocan la barandilla, el guía retira su mano.

Si es necesario hacer un cambio de lado para que la persona sordociega se coloque a la derecha, es más fácil cuando se está a unos pasos de la escalera, porque si se hace justo en el inicio, luego hay que dar pasos laterales, que son mucho más incómodos. Mientras el guía sube (o baja) el primer escalón, la persona sordociega se aproxima al inicio de la escalera; cuando aquel sube el segundo, ella sube el primer escalón, y así sucesivamente. El guía camina siempre uno por delante, hasta que, al terminar, da un paso más para permitir que la persona guiada termine de subir (o bajar) todos los escalones. Tras dar ese paso, hace una breve pausa y prosigue la marcha, para hacer notar a su acompañante que ha finalizado el trayecto por las escaleras.

El guía puede mantener mejor el equilibrio si durante la bajada de escaleras echa ligeramente hacia atrás el peso de su cuerpo. Así mismo, puede ascender con mayor control las escaleras si echa el peso de su cuerpo un poco hacia delante.

Hay ocasiones en que la persona sordociega, al inicio de la escalera, se adelanta al guía. En este caso, este puede estirar su brazo por delante del cuerpo de la persona sordociega, de forma que le impida que camine por delante de él. Este control es necesario hacerlo siempre que se bajan escaleras de un piso a otro cuyos tramos formen ángulo entre sí, ya que al estar la persona sordociega agarrada a la barandilla, el giro de un tramo a otro de escaleras puede ser menor en el caso de ella que en el del guía, llegando antes, por lo tanto, al inicio del siguiente tramo.

Mientras se avanza por las escaleras, hay ocasiones en que es necesario que ambos se sitúen en paso estrecho, porque vengan personas de frente y la escalera sea estrecha. En esta situación, el guía es el que debe moverse colocándose delante de la persona sordociega mientras esta prosigue agarrada a su brazo con la mano izquierda y a la barandilla con la derecha. Es más seguro y cómodo que el guía deje de caminar mientras existe la situación de paso estrecho. Una vez que acaba, el guía se mueve situándose de nuevo en técnica guía (hacia la izquierda) y prosigue la marcha.

Cuando la persona sordociega no se agarra en técnica guía, sino que lo hace por el hombro o antebrazo o estando agarrado al codo del guía se sitúa a la misma altura, este debe avisarle de la proximidad de la escalera, en el caso de que no tenga barandilla para situarle la mano. Una vez que llegan al primer peldaño, le frena estirando el brazo por delante de su cuerpo para evitar que se caiga o tropiece. Durante el recorrido, el guía debe estar atento a su marcha, girando la cabeza para comprobar que le sigue bien.

En el caso de estar la escalera limitada por pared, pero no por barandilla, el guía puede situar el dorso de la mano de la persona sordociega en la pared, para que, si necesita un apoyo extra, pueda utilizarlo, además de agarrarse al guía.

Si la barandilla o pared no están en el lado derecho de la marcha, sino en el otro, pueden, de forma excepcional, cambiarse y caminar por el lado izquierdo de la marcha, siempre que la persona sordociega tenga problemas de equilibrio. En este caso, la persona guiada se agarra con su mano izquierda a la barandilla (o se apoya en la pared) y con su derecha al guía. Si la forma de caminar es segura, no es necesario que se cambien de lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario