jueves, 8 de noviembre de 2012

Conectando sentidos: Tecnología social al servicio de la discapacidad en el Quindío

Las tecnologías utilizadas en Conectando sentidos van desde software de punta hasta novedosos equipos.
Este artículo no podría ser leído por sordo-ciegos (personas en condición de discapacidad que tienen dificultades para ver y oír) si no existiesen alternativas tecnológicas que les permitiesen comunicarse y construir relaciones sociales más allá de su entorno inmediato.

Por eso Conectando Sentidos, un programa nacional del ministerio de las telecomunicaciones coordinado en el Quindío por la alcaldía de Armenia a través de la secretaría de Educación y la supervisión de la Corporación de Cultura y Turismo de Armenia, con el liderazgo del joven ingeniero electrónico Johnatan Stick Campos Núñez, se ha convertido en la mejor opción para estas inmensas minorías que esperan ser tratadas en igualdad de condiciones y con las mismas posibilidades de realización personal que el resto de los mortales. En el país hay 22 aulas cuya operatividad la realiza Surcoe, quienes dotan tecnológicamente los entornos de aprendizaje a través de la figura de comodato, bien sea con una caja de compensación, con la alcaldía o la gobernación, instituciones que se comprometen a contratar a la persona idónea para atender la sala.

Stick, como le gusta que lo llamen sonoramente, ha comprometido su vocación de innovador en el campo del diseño y adaptación de las nuevas tecnologías computacionales, en la era de la informática y las comunicaciones, con una empresa social que no es necesariamente sinónimo de grandes dividendos económicos ni de ambiciosas prácticas monopolísticas (Nótese el panorama selvático de las discusiones actuales de la telefonía móvil en Colombia), sino que enfila baterías (pocas pero eficaces baterías) en dirección a la atención de aquellos que con capacidades diferenciales no tienen los medios para aprovechar todo su potencial humano y productivo.

Normalmente, a la sala ubicada en la sede de la biblioteca municipal de Armenia en la carrera 13 con calle 20, frente a la gobernación del Quindío, asisten en promedio 28 personas diarias con edades que varían entre los 15 y los 60 años, aunque se trabaje más cotidianamente con hombres y mujeres en edades que oscilan de los 18 a los 45, a los que ahora se van sumando jóvenes y niños que permitirán la realización de talleres de lectura, a los cuales ya asisten en sesiones personalizadas, pequeños grupos integrados por un joven y dos adultos, promoviendo la ruptura de otras barreras, esta vez generacionales.
Los visitantes, que cada vez, según el coordinador de sala, se parecen más a viajeros del transmilenio, por aquello de la demanda creciente y los pocos equipos, tienen diferentes condiciones de discapacidad a distinto nivel. Sordos, ciegos, sordociegos, sordomudos, personas con discapacidad física e intelectual, entre otros, hacen uso de estas tecnologías de forma creativa, cambiando sus prácticas cotidianas y sus vidas, a tal punto, que los que antes solo se relacionaban a través de las sutilezas del tacto y el contacto directo para poder manifestar sus necesidades y emociones, ahora pueden comunicarse, a través de correos y redes sociales, con personas en sus mismas condiciones y con cualquier ser humano en el más remoto lugar del mundo.

Las tecnologías utilizadas en Conectando sentidos van desde software de punta hasta novedosos equipos que funcionan con lectores y amplificadores de audio o sistema braille, según las posibilidades del usuario, acompañados por sistemas y técnicas tradicionales, para los cuales se orientan actividades de formación y adiestramiento. Por ejemplo, los talleres de Jaws, que es como se conoce un software lector de pantalla para el PC, que lee todo lo que la persona con discapacidad visual no puede ver en el monitor hasta en siete idiomas, se desarrollan con personas ciegas y con baja visión entre 38 y 50 años. En el caso del Taller de español para personas sordas, este también incluye a sordo-ciegos, mientras el curso de lenguaje de señas se orienta a personas “sin discapacidad” (situación cada vez más relativa) que deseen utilizar un nuevo recurso de comunicación. Una vez al mes, combinando tecnologías informáticas con tecnologías tradicionales, se proyectan películas para personas sordas (filmes con subtítulos) y también películas con audio-descripción, para personas ciegas y con baja visión.

Otro dispositivo es el Victor Reader, similar a un lector de disco compacto, en el que se pueden leer-escuchar diferentes obras de la literatura universal. Por otro lado el formato Daysi permite moverse en el audio-texto, por episodios o párrafos, en una especie de audio-visualidad que le permite al lector un ejercicio muy parecido al de pasar las páginas para regresar o adelantarse en el relato. Otro dispositivo es el All Reader que consiste en un scanner que puede leer cualquier texto impreso y guardarlo en un archivo de texto o de audio. Este dispositivo “habla” en todo momento, convirtiéndose en una poderosa herramienta para el acceso a la información por parte de los ciegos.

Pero si lo que queremos es registrar en papel la información, para eso está la impresora Braille, que imprime en este lenguaje por medio del uso de pequeños puntos repujados sobre los que se torna muy sensible el tacto.

Para los ciegos se cuenta con una Línea Braille (en el caso de la escritura el teclado se usa como la máquina Perkins o máquina de escribir para ciegos, línea braille Focus 40), que es un teclado con la distribución de los comandos en botones específicos, que muestra lo que se lee o se escribe en este código, permitiendo a los sordociegos manejar el PC por medio, entre otros componentes físicos, de un mecanismo electromecánico que tiene como función principal representar en sistema Braille los textos que aparecen en la pantalla del computador, a través de una línea con celdas braille, por medio de cursores y comandos (matriz de puntos que sobresalen y se ocultan) que se adapta según la presión que milimétricamente ocurre bajo la superficie, comportándose como una piel de puntos que se deja leer por contacto, mientras permite actualizar rápidamente el mensaje cada vez que el usuario mueve el Scroll (rueda del mouse).

Otro de los “artefactos-sentidos” que se pueden usar en la sede de la biblioteca municipal es el Loop que amplifica el sonido para ser usado por hipoacusicos (personas de baja audición) o sordociegos con restos auditivos. Por otra parte el software conocido como Julis, sirve para que las personas oyentes se comuniquen con personas sordas.

Actualmente se hace necesario vincular a la comunidad académica de la región con el programa, integrando profesionales en formación, como pasantes en el aula, así como también se requiere apoyo en materia de adquisición de nuevos equipos y nuevas facilidades de movilidad para los interesados.

Por Alejandro Herrera Uribe
Docente universidad del Quindío
Maestría en estudios sociales de la ciencia UNAL

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