miércoles, 27 de febrero de 2013

SIMPÁTICO POEMA ANÓNIMO


Los Sastres
Anónimo
Yo compadezco a los sas - tres,
porque de los hombres to - dos
no hay otros que de más mo - dos
sufran mayores desas - tres.
Por eso soy su vo - cero,
y si me lo permitié - seis
os rogaría que fué - seis
también su amigo sin - cero.
Siempre humilde fué su c - una
y como viven senta - dos
nunca fueron encumbra - dos
en hombros de la fort - una.
No hay uno entre 89
que en mil casos repeti - dos
no remiende sus vesti - dos
y los ajenos re - nueve.
Y entre ciento no habrá uno
que haya subido a un birl - 8
o haya probado un bizc - ocho
en su frugal desay - uno.
No les vale estar arma - dos
para cortar sus vesti - dos:
por la aguja son heri - dos
y por la plancha quema - dos.
Un rey hubo cerve - cero
y cerrajero hubo alg - uno
que, infeliz como ning -uno,
cayó al golpe del a - cero;
hubo papas y solda - dos,
por supuesto no eran ler - dos,
que después de cuidar cer - dos
fueron al solio exalta - dos;
pero acerca de los sas - tres,
que por cierto no son ru - dos,
los anales están mu - dos
y sólo cuentan desas - tres.
No a los sastres acu - seis
de sus percances en un y dos,
buscad a su mal re – un y 2
y no a infamarlos pa - seis.
En su taller encorva - dos
los veréis mustios y cuer - dos,
pues sólo un brazo y tres de - dos
mantienen siempre ocupa- dos.
Allí, lector, no pene - tres,
allí llueven los petar - dos
de los blancos, de los par - dos,
de todos los petime - tres.
Porque no faltan beli - tres
que, a estafar acostumbra - dos,
hacen con estos cuita - dos
el oficio de los bui - tres.
¡Cuántos chalecos fia - dos
y pantalones medi - dos,
que luego han sido pedi - dos
y nunca han sido paga - dos!
Dura verdad, no me arras - tres
a decir que en ambos mun - dos
hierven rencores profun - dos
en contra de nuestros sas - tres.
Vienen a nuestros merca - dos
baratísimos vesti - dos
por los franceses vendi - dos
y por nosotros compra - dos.
Preciso es que confe - seis
que están por esto arruina - dos;
mas no por ser desgracia - dos
de sus desgracia abu - seis.

domingo, 24 de febrero de 2013

"Soneto a Cuenca" de Federico Muelas

"Alzada en bella sinrazón altiva
-pedestal de crepúsculos soñados-,
¿subes orgullos, bajas derrocados
sueños de un dios en celestial deriva?

¡Oh, tantálico esfuerzo en piedra viva!
¡Oh, aventura de cielos despeñados!
Cuenca, en volandas de celestes prados,
de peldaño en peldaño fugitiva.

Gallarda entraña de cristal que azores
en piedra guardan, mientras plisa el viento
de tu chopo el audaz escalofrío.

¡Cuenca, cristalizada en mis amores!
Hilván dorado al aire del lamento.
Cuenca cierta y soñada, en cielo y río."


FEDERICO MUELAS
Cuenca, 1910 - Madrid, 1974, fue un poeta, periodista, editorialista y guionista cinematográfico de la Generación del 36, desde luego muy querido en Cuenca.
Estatua de Federico Muelas en las ruinas de la iglesia de San Pantaleón