martes, 11 de junio de 2013

ENTREVISTA MUY INTERESANTE A ALEX GARCÍA - Mi meta es golpear las ¡mentes! (Parte 2 de 6)


PMG: Usted fue el primero sordociego en Brasil que completó los estudios universitarios. ¿Cuál fue su camino antes de llegar a la educación superior?

Alex: Alex: Yo no estoy aquí para decir que mi camino a la universidad, jardín de infantes, primaria y secundaria, fue muy doloroso. Esta caminata, ¿tiene barreras? Sí, muchas. ¿Prejuicios? También. Suelo señalar y repetir que fui un niño y un adolescente "diferente", que al tener el apoyo pleno de mi familia para romper barreras, pude conquistar espacios. Mis padres fueron decisivos en este momento porque, por encima de todo, nunca me sobreprotegieron, siempre me mostraron la realidad de la vida por muy dolorosa que fuera. Yo debo avanzar y desarrollar mi aprendizaje, a menudo muy amargo. Como base, he recibido de mis padres todas las experiencias posibles para mantener una buena vida con independencia y, sobre todo, con responsabilidad. Entre em la etapa preescolar cuando tuve 6 años. Aprendí a leer y escribir. En esta etapa aún no sabía lo que era la discriminación. Viví con niños de mi edad. Sin embargo, mi mente infantil tenía muchas dudas, me cuestionaba por qué no podia jugar como otros niños. Mi madre, cada día, me hablaba de mis diferencias, de las discapacidades, de la hidrocefalia, de músculos y huesos frágiles, y de la cuestión audiovisual. Crecí sin dudar de mis condiciones reales. Las limitaciones, con el paso del tiempo, me atreví a enfrentarlas poco a poco.

PMG: Además del apoyo familiar, ¿contó con el apoyo de los profesores?

Alex: En la escuela, que es la base, desde los 7 hasta los 14 años, recibí educación de alto nivel, en moral, ética y disciplina, porque estudié en un colegio Salesiano. Cuando fui adolescente comencé la secundaria. Fue entonces cuando tuve las primeras experiencias con la discriminación, principalmente por parte de los profesores, consideraban "una pérdida de tiempo" enseñar a un sordociego. En esta etapa empecé a aprender que debía luchar por mis derechos. Cuando estos hechos ocurrieron, mis padres y yo fuimos en busca de las autoridades, porque nos dimos cuenta de que el sistema educativo estaba inmerso en el cambio de favores y, penosamente, aún persiste esta práctica. Hay directores poniendo "paños calientes" pero no soluciones efectivas, y maestros con el discurso de "las hojas de eso".

PMG: ¿Alguna historia curiosa acerca de este tiempo?

Alex: Recuerdo con orgullo cuando tenía 15 años y movilicé a mis compañeros de clase a favor de un árbol. ¡Exactamente! Era un Umbu de cien años que las autoridades educativas insistieron entirar. Monté el Club Ecológico Umbu Centenario y abrazados al árbol evitamos su derrocamiento. Este árbol permaneció de pie durante más de 10 años. Finalmente, cayó por "las manos de la naturaleza" debido a su avanzada edad, pero no por manos humanas. Es evidente que me di cuenta de que el mundo había cambiado rápidamente y que la relación de una persona con discapacidad impacta no solamente en la humanidad sino también en el medio ambiente.

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